Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado, un amigo que espera; olvidado, un alma que perdona; destruido, un corazón que llora.


miércoles, 24 de noviembre de 2010

Una obra para representar: DON QUIJOTE

El escenario es una habitación infantil, al fondo la cama, en la parte delantera izquierda una mesa de estudio y una silla, la entrada es por la derecha.

(Se abre el telón y se ve a un niño leyendo un libro con música muy suave de fondo)

NIÑO: En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor… Es, pues, de saber que este sobredicho hidalgo, se daba a leer libros de caballerías, con tanta afición y gusto, que olvidó casi de todo punto el ejercicio de la caza y aun la administración de su hacienda; y llegó a tanto su curiosidad y desatino, que vendió muchos acres de tierra para comprar libros de caballería… Se enfrascó tanto en su lectura, que se le pasaban las noches leyendo de claro en claro, y los días de turbio en turbio; y así, del poco dormir y del mucho leer, se le secó el celebro de manera que vino a perder el juicio. Se le lleno la fantasía de todo aquello que leía en los libros, así de encantamientos como de batallas, desafíos, heridas, amores, tormentas y disparates imposibles; y se le grabó de tal modo en la imaginación que terminó creyendo que era verdad… (Esto lo lee de un libro, mientras se mueve por su habitación moviendo los brazos y haciendo los gestos para representar el texto)

MADRE: (Entrando enfadada y quitándole el libro de las manos)¡Sancho! ¿Qué haces?... Leyendo, claro… ¡Como siempre! (Abre el libro y lee) Del mucho leer, se le secó el celebro de manera que vino a perder el juicio. (Cerrando el libro de golpe y dejándolo sobre la cama) ¡Eso es lo que te pasará a ti como no dejes los libros! Anda, ponte ha hacer los deberes de una vez y déjate de aventuras… (Se marcha)

NIÑO: (Coge eL libro de encima de la cama y sigue leyendo mientras se sienta en la mesa) Así quiso, como buen caballero llamarse «don Quijote de la Mancha», con que a su parecer declaraba muy al vivo su linaje y patria, y la honraba con tomar el sobrenombre de ésta… (Se queda dormido encima del libro, poco a poco resbala y cae el libro al suelo, al agacharse para recogerlo, se asusta, echa la silla hacia atrás y de debajo de la mesa de estudio sale Don Quijote)

-         ¿Pero…? ¿Tú de donde sales? (Pregunta agitado, alejándose del personaje rápidamente)

DON QUIJOTE: ¡Oh tú, quienquiera que seas! ¡Mostradme algo más de respeto!

NIÑO: ¿Pero qué dices?

DON QUIJOTE: Soy Don Quijote… Don Quijote de la mancha. Valiente caballero andante…

(El niño se queda perplejo y de repente entra su madre)

MADRE: ¡Por dios! ¿Pero éste quién es?

Para continuar con la obra pincha aquí.


No hay comentarios:

Publicar un comentario