Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado, un amigo que espera; olvidado, un alma que perdona; destruido, un corazón que llora.


jueves, 31 de marzo de 2011

Halo - Alexandra Adornetto




     La llegada inesperada de los hermanos Church, Gabriel, Ivy y Bethany, supone un revuelo en la pequeña población de Venus Cove. Son extremadamente bellos, inteligentes y misteriosos. ¿De dónde vienen? ¿Dónde están sus padres y por qué sobresalen sea la que sea la actividad que emprenden? Los tres son en realidad ángeles con la misión de salvar al mundo de su inminente destrucción. Tiene instrucciones claras: no deben formar vínculos demasiado fuertes con ningún humano y deben esforzarse en ocultar sus cualidades sobrehumanas. Pero Beth, la más inexperta, rompe una de las reglas sagradas: se enamora de Xavier Woods, el chico más guapo del colegio e incluso llega a revelarle su secreto. Y será entonces cuando deba tomar una decisión definitiva: desafiar la voluntad del Cielo y entregarse a él completamente o no, además de enfrentarse a las fuerzas oscuras que pretenden tomar Venus Cove como primer paso para su plan de destruir a la humanidad. Ivy, Gabriel y Xavier deberán unir sus fuerzas para salvarla y utilizar sus poderes para hacer el bien para contrarrestar a las poderosas fuerzas de la oscuridad.

martes, 29 de marzo de 2011

LECTURA COMPRESIVA

En busca de Moby Dick

Un día calmoso de octubre de 1776 en que no avanzábamos apenas
por la casi total ausencia de viento, se cruzó con nosotros otro barco, el
Victoria, con matrícula de Londres. En cuanto estuvo cerca, el capitán Philip
tomó el megáfono y gritó:
- ¡Ah del barco!. ¿Han visto a Moby Dick?.
- Sí, mire usted – respondió el capitán del Victoria blandiendo un hueso
de cachalote en el lugar de su brazo -.
- ¡Otra víctima del diablo!. ¡Vamos, preparadme el bote, que voy a ir al
Victoria.
Unos minutos más tarde, el capitán Philip y cuatro remeros se
encontraban al lado del navío. Al llegar arriba, el capitán le esperaba con su
brazo de hueso tendido. Philip levantó su pierna y la cruzó con el hueso de
cachalote.
- ¡Eso es, amigo!. ¡Entrechoquemos nuestros huesos!. ¿Hace mucho
tiempo que topó con Moby Dick?.
- Fue en la temporada pasada, en el Ecuador.
- Se le llevó el brazo...
- Y a usted la pierna, por lo que veo.
- Cuénteme, amigo, cuénteme cómo ocurrió.
Era la primera vez que yo cazaba en el Ecuador. No había oído hablar
nunca de Moby Dick. Un día vimos cinco cachalotes y decidimos salir en su
persecución. Logramos clavar el arpón a uno y estábamos siguiendo el cable,
cuando de las profundidades surgió un monstruo enorme, blanco, con una
joroba y lleno de callosidades.
- ¡Era ella!. ¡Era ella! – dijo el capitán brillándole los ojos.
Cuando quisimos darnos cuenta, el cable se le había enredado entre
los dientes y nos vimos de pronto sobre su joroba. Yo salté al bote de mi
primer oficial, aquí presente, y a pesar de que reconocía que se trataba de
una especie desconocida para mí, resolví capturarla fuera como fuera.
Agarré el primer arpón que encontré y se lo lancé. Tenía ya otros clavados en
diversas partes del cuerpo.
¡Eran los míos! – rugió el capitán Philip.
Pero en aquel instante, sintiéndose herida, sobrevino la catástrofe. Su
potente cola partió en bote en dos y nos caímos al agua. Yo conseguí
subirme sobre su lomo y agarrarme con fuerza al arpón que yo mismo le
había clavado. Allí estuve oscilando durante varios minutos como el péndulo
de un reloj. Luego, Moby Dick se sumergió y yo con ella. Un golpe de mar me
sacudió y fue entonces cuando me hirió en el brazo.
- ¿No se lo arrancó entero?.
- No. Aquí está el doctor que me atendió. Él contará los detalles
posteriores. Cuéntelo, doctor.
Cuando el capitán llegó al barco, examiné la herida y comprendí al
instante que se trataba de una mala herida, por lo que recomendé
poner rumbo a la tierra más cercana, donde pudieran atender al
capitán en un hospital que dispusiera de los medios adecuados. Pero
como empeoraba rápidamente, resolví amputar. Al carecer de medios,
no vacilé en encargar la amputación al carpintero del barco. Yo no
intervine más que para evitar hemorragias e infecciones.
- ¿Y que pasó con Moby Dick?.
- Estuvimos detrás de ella durante mucho tiempo, y sólo al cabo de unos
meses me enteré que era famosa por su ferocidad.
- ¿La has visto alguna vez?.
- Sí, un par de veces nos hemos cruzado con ella. Pero me he mantenido
al margen. ¡Al diablo las ballenas asesinas!. No quiero arriesgar
ninguna vida para cazarla, a pesar de que significaría mucho para mí y
para el barco. Usted opina de otra manera, ¿no es cierto?.
- Yo tengo la obsesión de cazarla y vengarme. ¿Dónde la vio por última
vez?.
- Cerca del archipiélago de Madeira. Se dirigía hacia el Este.
- Gracias.
Y sin añadir otra palabra gritó a sus marineros para que le bajasen al
bote. Volvió inmediatamente a su barco, el Pequod, y ordenó poner
rumbo al Este. No tardó el Pequod en conectar con un banco de
ballenas, pero pasarían meses antes de volver a ver a Moby Dick.
(Adaptado de Herman Melville)

1 ¿En qué día, mes y año se sitúa este relato?
a. Un día de octubre de 1776. b. 25 de octubre de 1776.
c. Un día de agosto de 1980.
2 ¿Por qué no avanzaban apenas aquel día?
a. Por la fuerte tormenta. b. Por ausencia de viento. c. Por la niebla y lluvia.
3 ¿Dónde estaba matriculado el barco con el que se cruzaron?
a. En Londres. b. En París. c. En Quebec.
4 ¿Qué tenía el capitán del Victoria en lugar del brazo?
a. Un hueso a modo de garfio. b. Un brazo artificial de madera.
c. Un hueso de cachalote.
5 ¿Qué miembro había perdido el capitán Philip?
a. Una pierna. b. Un brazo. c. Un brazo y una pierna.
6 ¿En qué pasaron al barco?
a. Remando, en una balsa. b. En una pequeña lancha auxiliar.
c. En un bote de remos.
7 ¿Quiénes llevaron al capitán Philip al Victoria?.
a. Sus hombres de confianza. b. Cuatro remeros. c. Cuatro de sus oficiales a b c
8 ¿Qué hicieron a modo de saludo ambos capitanes?
a. Nada, no eran ceremoniosos. b. Un apretón de manos.
c. Entrechocaron sus huesos.
9 ¿En qué zona tuvo lugar el encuentro con Moby Dick?
a. No se precisa en el relato. b. En el Ecuador. c. En alta mar. a b c
10 ¿Cuándo se había encontrado con Moby Dick?
a. La temporada pasada. b. Hacía unos pocos meses. c. Hacía ya mucho tiempo. 11¿Qué hicieron al ver los cinco cachalotes?
a. Seguir adelante buscando ballenas. b. Salir en su persecución.
c. Esperar a ver a Moby Dick.
12 ¿Cuántas veces había pescado en aquella zona?
a. Era la primera vez. b. A menudo. c. Dos temporadas. a b c
13 ¿A quién habían clavado el primer arpón?
a. A Moby Dick. b. A una enorme ballena. c. A uno de los cachalotes. a b c
14
¿De dónde surgió Moby Dick?
a. De entre los cachalotes. b. Del fondo del mar.
c. De las profundidades.
a b c
15
¿Cómo se describe a Moby Dick?
a. Enorme, blanca, con joroba y callosidades. b. Con joroba, feroz, asesina.
c. Con manchas negras y callosidades.
a b c
16 ¿Qué se le enredó a Moby Dick?
a. Las redes. b. Un cable. c. Varios arpones. a b c
13
17
¿Dónde se le había enredado?
a. Entre sus callosidades y joroba. b. Entre los arpones que tenía clavados.
c. Entre los dientes.
a b c
18 ¿Quién lanzó el arpón a Moby Dick?
a. Un marinero. b. El capitán. c. El primer oficial. a b c
19
¿Reconoció el capitán a Moby Dick?
a. Era la primera vez que lo veía. b. La reconoció enseguida.
c. Ya la había visto otra vez.
a b c
20
¿Qué hizo Moby Dick con la cola?
a. Hirió al capitán en el brazo. b. Tiró a los que iban en el primer bote.
c. Partió en bote en dos.
a b c
21 ¿Qué tenía Moby Dick en diversas partes del cuerpo?
a. Manchas blancas. b. Otros arpones clavados. c. Manchas de antiguas heridas. a b c
22
¿Con qué se compara cuando estuvo agarrado al arpón?
a. A la oscilación del péndulo de un reloj. b. A lo embravecido del
movimiento de las olas. c. A la trayectoria del arpón.
a b c
23
¿Dónde se agarró el capitán?
a. A unas tablas del bote. b. Al arpón que él mismo había clavado.
c. Al bote del primer oficial.
a b c
24 ¿Cuánto tiempo estuvo agarrado?
a. Unos instantes. b. Varios minutos. c. Mientras le arrastraba. a b c
25 ¿Quién cuenta los detalles de la herida?
a. El narrador, en tercera persona. b. El propio capitán. c. El doctor.
26 ¿Qué le recomendó inicialmente el doctor al capitán?
a. Evitar la gangrena. b. Cortar el brazo. c. Poner rumbo a la tierra más cercana. 27 ¿Cuándo se enteró el capitán del Victoria de la fama de la ferocidad de
Moby Dick?
a. Al cabo de unos meses. b. En ese mismo instante. c. A los pocos días.28 ¿Vio a Moby Dick alguna vez más el capitán del Victoria?
a. Un par de veces. b. Una sola vez más. c. Sólo los días siguientes. a b c
29¿Dónde la vio por última vez?
a. Cerca de las Islas Fároe. b. En el Ecuador.
c. Cerca del archipiélago de Madeira.
30 ¿Cómo se llama el barco del capitán Philip?
a. El Pequod. b. El Victoria. c. El Bella Vista.
31 ¿Qué rumbo tomó el capitán Philip para continuar la búsqueda?
a. Al Norte. b. Al Este. c. Al Sur.
32 ¿Por qué el capitán del Victoria no quería seguir buscando a Moby Dick?
a. Lo consideraba ya inútil. b. Sí quería, para vengarse.
c. Para no arriesgar vidas humanas.

viernes, 25 de marzo de 2011

Mentira y Verdad

Verdad y Mentira

    Una vez Verdad y Mentira se encontraron en el camino.
    -Buenas tardes –dijo Verdad.
    -Buenas tardes –respondió Mentira-. ¿Cómo te va últimamente?
    -Me temo que no muy bien –suspiró Verdad-. Son tiempos difíciles para alguien como yo.
    -Sí, ya veo –dijo Mentira, echando una ojeada a las ropas harapientas de Verdad-. Parece que hace tiempo que no pruebas bocado.
    -A decir verdad, así es –admitió Verdad-. Nadie quiere emplearme hoy en día. Dondequiera que voy, la mayoría de la gente me ignora o se burla de mí. Es desalentador, te lo aseguro. Empiezo a preguntarme por qué lo soporto.
    -Exactamente, ¿por qué? Ven conmigo, y yo te mostraré cómo llevarte bien. No hay motivos para que no puedas comer opíparamente, como yo, y vestir la mejor ropa, como yo. Pero debes prometer que no dirás una palabra contra mí mientras estemos juntos.
    Verdad hizo esa promesa y convino en llevarse bien con Mentira por un tiempo, no tanto porque le gustara su compañía sino porque tenía tanta hambre que desfallecería si no comía nada. Anduvieron por el camino hasta llegar a una ciudad, y Mentira lo condujo hasta la mejor mesa del mejor restaurante.
    -Camarero, queremos las mejores carnes, las golosinas más dulces, el mejor vino –pidió, y comieron y bebieron toda la tarde. Al fin, cuando ya no pudo comer más, Mentira se puso a golpear la mesa llamando al gerente, que acudió a la carrera.
    -¿Qué clase de lugar es éste? –protestó Mentira-. Hace una hora que le di a ese camarero una pieza de oro, y todavía no nos ha traído el cambio.
    El gerente llamó al camarero, quien dijo que ese caballero no le había dado un solo céntimo.
    -¿Qué? –gritó Mentira, llamando la atención de todos los presentes-. ¡Este lugar es increíble! ¡Vienen a comer ciudadanos inocentes y respetuosos de la ley, y ustedes los despojan del dinero que han ganado con tanto esfuerzo! ¡Son un  hato de ladrones y mentirosos! ¡Me habrán engañado una vez, pero nunca más me verán de nuevo! ¡Tenga!         
    –Le arrojó una pieza de oro al gerente-. ¡Pero esta vez tráigame el cambio!
    Pero el gerente, temiendo por la reputación de su establecimiento, se negó a aceptar la pieza de oro, y en cambio le llevó a Mentira el cambio de la primera moneda que él afirmaba haber dado. Luego llevó al camarero aparte, y lo acusó de pillastre, y amenazó con despedirlo. Y por mucho que el camarero insistía en que ese hombre no le había dado un céntimo, el gerente se negaba a creerle.
    -Ay, Verdad, ¿dónde te has escondido? –suspiró el camarero-. ¿Has abandonado a los trabajadores?
    -No,  estoy aquí –gruñó Verdad para sus adentros-, pero el hambre me nubló el juicio, y ahora no puedo hablar sin romper la promesa que hice a Mentira.
    En cuanto estuvieron en la calle, Mentira soltó una risotada y palmeó a Verdad en la espalda.
    -¿Ves cómo funciona el mundo? Me las apañé muy bien, ¿no crees?
    Pero Verdad se alejó de su compañero.
    -Prefiero morirme de hambre a vivir como tú –dijo.
    Y así Verdad y Mentira siguieron cada cual su camino, y nunca más viajaron juntos

lunes, 21 de marzo de 2011

Frases

*Todo aquel que lee, deja en un cajón de sus recuerdos una anécdota más para su existir.

*La lectura es la comunicación con nuestro ser, nuestra imaginación y nuestro gobierno.

*¿Por qué perder el tiempo leyendo? Dicen que la lectura aumenta los conocimientos y conocer es poder pero... el poder corrompe, y la corrupción es delito, y el delito nunca sale a cuenta, si sigues leyendo ¡acabarás en la bancarrota! y eso que parecía tan inofensivo, claro los libreros quieren que pensemos así.

*Un libro abierto es un cerebro que habla, cerrado un amigo que espera, olvidado un alma que perdona, destruido un corazón que llora.

*La lectura nos abre las puertas del mundo que te atrevas a imaginar

*Toda nuestra vida es un gran relato en un libro en el que somos los autores.

* Leer te puede dar sabiduría, pero no inteligencia.

3 Metros Sobre El cielo

    En Roma, como en cualquier otra ciudad del mundo, los adolescentes quieren volar, buscan caminar «tres metros sobre el cielo». Las chicas como Babi se esmeran en sus estudios, hablan del último grito en moda y se preparan para encontrar al amor de sus vidas; los chicos como Step prefieren la velocidad, la violencia, el riesgo, las motos y la camaradería de las bandas, pero todos ellos se implican en la vida como si cada segundo fuera el último. Pertenecen a mundos distintos, desean cosas distintas pero tienen algo en común: el amor que les hará flotar y sostenerse, el amor que les hará encontrarse y cambiar: ellas se volverán más salvajes; ellos más tiernos. Mientras, allí abajo, la vida real ya les reclama.

domingo, 20 de marzo de 2011

Libros recomendados

Dos Velas para el Diablo - Laura Gallego
La saga crepúsculo - Stephenie Meyer
El alma del bosque - Manuel López Gallego
El Valle de los lobos - Laura Gallego
Viaje al primer beso - Sabine Both
El diario rojo de Carlota - Gemma Lienas
Halo - Alexandra Ardonetto